La idea de llegar a los territorios del norte por la vía marítima no era nueva en Cortés, pues ya desde el año 1522 se había dedicado con empeño a enviar barcos al Mar del Sur, o sea el Océano Pacífico.
En el año de 1532 Cortés formalizó la primera exploración que puso bajo el mando a su primo Diego Hurtado de Mendoza que recorrió las Islas marías, arribó a Matanchel en Nayarit para proveerse de agua la cual le fue negada por instrucciones de Nuño de Guzmán, dueño y señor de aquella tierra y enemigo de Cortés. Uno de los buques regresó en muy malas condiciones debido a las tempestades y el otro al mando de Hurtado de Mendoza continuó hacia el norte habiendo encontrado la muerte el jefe con parte de la tripulación, el resto regresó al sur y en el Valle de Banderas al desembarcar fue atacado por los nativos quienes acabaron con el resto de la tripulación.
Lejos de desanimarse ante este fracaso, Cortés procedió a organizar una nueva expedición con dos barcos en uno de los cuales puso como capitanes a Hernando Grijalva y a Diego Becerra de Mendoza. Zarparon en dos navíos el 29 de octubre de 1533 los cuales la primera noche el mal tiempo los separó. Grijalva llegó hasta las islas llamadas actualmente Revillagigedo y regresó a Acapulco. El capitán Becerra tuvo un motín a bordo y fue muerto por su piloto Fortún Jiménez el cual prosiguió hacia el norte huyendo de Cortés, encontrando a la península por mera casualidad, convirtiéndose él, así como los otros fugitivos en los primeros europeos que descubrieron aquella tierra.
Fortún Jiménez estuvo un tiempo pescando perlas por la bahía de La Paz e islas, un día sus hombres abusaron de mujeres indígenas lo que provocó indignación y un ataque de los nativos que tuvo como saldo la muerte de Jiménez y 22 de sus compañeros, el resto huyó rumbo a Sinaloa donde fueron aprehendidos por tropas de Nuño de Guzmán. Los hombres llegados a Sinaloa difundieron de que aquella tierra era rica y bien poblada lo que despertó las ambiciones entre los conquistadores.
Debido al desastroso resultado de las expediciones, Cortés decidió ir personalmente al frente de las exploraciones y conquistas. Tenía la intención de colonizar las tierras ricas y pobladas que decían los hombres que habían acompañado a Jiménez. Se embarcó con destino a la península en el mes de abril, llevando 100 hombres y a dos sobrvivientes de la expedición de Jiménez.
El 1 de mayo de 1535 Cortés llegó a la península y el 3 de mayo de 1535, desembarcó y tomó posesión en la que denominó bahía de Santa Cruz de una supuesta isla, situada al oriente del territorio de las Indias y que pensó correspondía a la mítica isla de California. Allí estableció una colonia, pero tuvo que regresar a México: se había quedado sin víveres ni medios para alimentar la población y regresó, llevándose a la población española con él.